jueves, 29 de julio de 2010

Atrincherados en el vestuario de un club, tres amigos asisten a un funesto acontecimiento. Separados del afuera sólo por una puerta, observan lo que sucede en el cuarto contiguo: las mozas que llevan el café, los sándwiches de miga, los parientes y familiares de toda clase.

En este vestuario tramarán una rebelión invisible contra la apatía reinante. ¿Hay una manera correcta de llorar?

A partir de un potente planteo espacial, la puesta sale fuera del circuito de salas teatrales abriendo nuevas posibilidades tanto para los actores como para cada uno de los contados espectadores que comparten el reducido espacio.

Este espectáculo fue concebido para ser adaptado y presentado en ámbitos diversos fuera del "edificio teatro" (un vestuario, una pileta olímpica en desuso, bedelías, depósitos, etc.)

Las cinco funciones realizadas en la última edición del Festival de Teatro Rafaela (FTR), dentro del vestuario del Club Atlético Rafaela, probaron la ductilidad de la propuesta: se duplicó la cantidad de espectadores (el vestuario del Club Estrella de Maldonado alberga sólo 20 personas por noche) y la puesta fue completamente reformulada a partir de las posibilidades que ofreció el nuevo espacio.